Hacia 2021, el arquitecto español Fernando Menis resultó ganador del Concurso público para llevar adelante la construcción de los dos Edificios de Servicios Esenciales de las Islas Canarias a ubicarse en cada una de las mayores islas del archipiélago, Santa Cruz de Tenerife y Gran Canaria. A partir de la ejecución de un proyecto centrado no solo en la seguridad de las operaciones sino también en la hiperconectividad, la flexibilidad funcional, el bienestar de sus trabajadores y la regeneración medioambiental de su entorno, desde el Gobierno de las Islas Canarias, se plantean incrementar la seguridad pública, la prevención de riesgos y la gestión de emergencias buscando una respuesta a posibles peligros naturales, cambios climáticos y otros sucesos como pandemias, ciberataques o terrorismos.
A través de la propuesta de Menis que envuelve a dos edificios idénticos pero autónomos, se espera lograr una mayor sostenibilidad económica al contar con un mantenimiento y un margen de operación de menor costo a largo plazo. Siendo energéticamente eficientes y adaptables a los factores externos, los Edificios de Servicios Esenciales (ESE) serán capaces de prestar servicios de atención a los ciudadanos durante todo el transcurso del año.
Ante los inminentes peligros naturales, los cambios climáticos, las amenazas de virus globales, ciberataques, sabotajes o terrorismos, se vuelve necesario contar con infraestructuras resilientes y duraderas que puedan prepararse para enfrentar cualquier tipo de circunstancias. Desde el 2008, la Unión Europea ha intentado consolidar estas “infraestructuras críticas” en relación a equipamientos de la energía, las telecomunicaciones, la industria y el transporte, que son esenciales para el funcionamiento de Europa y cuya vulnerabilidad representa una problemática transversal que afecta a todos los países de la UE.
Lo cierto es que el archipiélago canario se encuentra expuesto a las subidas del nivel del mar, al convivir con las erupciones volcánicas, fenómenos extremos como la calima (procedente del desierto del Sahara) o huracanes, que cada vez más frecuentemente se forman en las cercanías de Cabo Verde, Canarias y Madeira. Más allá de eso, se trata de uno de los territorios insulares más avanzados del mundo en cuanto a servicios ciudadanos.
Si bien el Gobierno de las Islas Canarias presenta servicios esenciales relacionados con la seguridad, emergencia, coordinación sanitaria urgente, policía, rescates, atención personalizada, teleasistencia social, control de infraestructuras críticas, entre otros, sus instalaciones se encuentran dispersas en la actualidad por lo que estos establecimientos se conciben como espacios de reunión y coordinación de todas las acciones y recursos de las infraestructuras dentro de un mismo edificio con altas prestaciones tecnológicas, a ubicarse estratégicamente en el territorio y adaptándose a los criterios de sostenibilidad para el cambio climático.
Con una capacidad para más de 500 empleados públicos de la Comunidad Autónoma y alrededor de 23.000 m2 construidos, cada edificio se proyecta con un anillo exterior que actúa como contrafuerte o barrera y genera a la vez un espacio abierto interior para alojar el edificio. Esta resolución se prepara para resistir, disipar y disminuir el impacto de olas gigantes, maremotos y hasta incluso, ríos de lava mientras su geometría curva se inspira en las formas orgánicas de la naturaleza buscando reducir los efectos sobre el edificio.
Los Edificios de Servicios Esenciales han sido planeados en base a aceleraciones de cálculo superiores a las indicadas por normativa buscando asegurar el correcto comportamiento estructural del edificio durante los terremotos. De hecho, se utilizaron estructuras de hormigón muy dúctiles que, sin afectar su resistencia, permiten su deformación y disipación de energía.
A imagen y semejanza de otros edificios de Fernando Menis como, por ejemplo, el Museo de Arte Contemporáneo Park Seo Bo en Corea del Sur, estos edificios proponen integrarse en el entorno buscando la re-naturalización y regeneración del tejido urbano y social. A través de muros perimetrales con vegetación autóctona, grandes aceras en los accesos y arbolado interior y sobre los bordes de las parcelas, la idea es crear espacios de transición y relación mientras la expresión del edificio se consolida como un hito en la trama urbana de la ciudad.
De cara a fomentar el bienestar de los trabajadores, el jardín interior plantea una inmersión en la naturaleza a partir de una gran biodiversidad involucrando diferentes zonas: una zona aromática, una zona de color, otra con arbustos de baja altura y un jardín vertical. Una vez en el patio interior, se cuenta con espacios de relación, descanso, ocio y deporte, y además, el edificio incluye una ranura con 2,80 metros de ancho y 300 m de longitud con jardín vertical, que colabora con el aporte de iluminación y ventilación natural para las tres plantas superiores del conjunto y puede utilizarse para actividades físicas debido a su conexión con el patio exterior principal.
Un núcleo principal en la entrada y dos núcleos secundarios hacia los laterales generan una calle interior y liberan el frente del edificio obteniendo un espacio interior de gran flexibilidad. Las estructuras lineales y móviles permiten subdividir las salas pudiendo adaptarse a diversos usos acordes a las necesidades que hagan falta cubrir. Los espacios funcionales comprenden: salas operativas, salas de atención a los ciudadanos, oficinas y espacios técnicos. Además, se suman zonas de cafetería, salón de actos, sala de prensa, estacionamiento y zonas de alta seguridad.
Ambos edificios disponen de un Centro de Procesado de Datos (CPD) diseñado bajo los mismos conceptos de seguridad, redundancia, robustez, adaptabilidad a futuras necesidades, facilidad de operación y eficiencia energética. Estos centros incorporan un sistema de recuperación de energía a reutilizar para el calentamiento del agua sanitaria, evitando tirar el calor generado por los servidores al ambiente. La cubierta funciona como helipuerto y su terminación en piedra de picón mejora la eficiencia energética del edificio aumentando su inercia térmica. La utilización de picón, con un alto nivel de absorción acústica por su porosidad, permite disminuir el ruido de los helicópteros sobre las parcelas circundantes.
En lo que respecta a su materialidad, su fachada acristalada se realiza con doble vidrio bajo emisivo y control solar, reduciendo la incidencia solar más de un 80% sin cambios de color en la tonalidad del vidrio. Se encuentra preparada contra vientos de más de 280 km/h y también para recibir impactos de elementos sólidos. El sistema de lamas horizontales se dispone para poder observar el exterior mientras un sistema de control de iluminación natural y de las condiciones térmicas interiores facilita el monitoreo continuo del edificio modificando cada elemento en vísperas de lograr el confort deseado.
Para favorecer la ventilación natural y lograr una óptima calidad del aire, los ESE presentan un diseño bioclimático y una instalación de climatización que favorece el ahorro energético y maximiza el confort interior de los espacios. Se apuesta por el uso racional y eficiente de la energía a través de maquinarias de bajo consumo energético junto a un tratamiento de la envolvente que involucra 8 centímetros de aislamiento térmico evitando los puentes térmicos. Con una instalación fotovoltaica en la cubierta de aprox. 90 kW para generar energía eléctrica y apoyar la producción de aire acondicionado, la fachada presenta un sistema de lamas que varían en función de la orientación controlando la radiación incidente al interior.
Los aspectos que vuelven a los Edificios de Servicios Esenciales energéticamente eficientes consideran:
- Control del aislamiento térmico: La envolvente térmica del edificio cuenta con valores de transmitancia térmica inferiores a los permitidos en el Código Técnico de la Edificación para las Islas Canarias, disminuyendo las cargas térmicas y el consumo energético.
- Hermeticidad con el exterior: Las carpinterías de baja transmitancia térmica con vidrio doble bajo emisivo, control solar y baja permeabilidad para las ventanas y puertas en fachada permiten un control de las infiltraciones de aire no deseado que mejora la eficiencia de las instalaciones de climatización.
- Reducción de la incidencia solar mediante lamas exteriores: Un sistema de protección solar con lamas horizontales microperforadas y vidrio con control solar en la carpintería permiten optimizar la entrada de radiación solar al interior y disminuir las cargas térmicas en verano.
- Recuperación de calor de las instalaciones del edificio: El edificio aprovecha el calor generado para el centro de datos del edificio disminuyendo el consumo energético.
- Reducción de puentes térmicos: Se evitan los puentes térmicos no imprescindibles con el exterior reduciendo la pérdida de energía al exterior.
- Producción eléctrica mediante paneles fotovoltaicos: El aprovechamiento de la radiación solar incidente mediante paneles fotovoltaicos en la cubierta reduce el consumo eléctrico del edificio y garantiza una producción eléctrica en caso de emergencia mediante baterías.
Fernando Menis, junto a un equipo de expertos en el ámbito de emergencias y seguridad, llevará a cabo estos dos edificios de máxima seguridad pensando en los momentos más difíciles de las islas y concentrando todos los servicios públicos de alerta, respuesta y actuación en materia de seguridad pública y emergencias. Se espera que ambos estén listos para el 2025.
Arquitecto: Fernando Menis
Consultores: DEERNS (Expertos en Data Centers); MARTÍNEZ SEGOVÍA (Estructura); ESTEL Consulting (Expertos helipuertos); SED-IA ARCHITECTURE (Expertos en construcción sostenible)
Adjudicatario: MENIS + IEOCI
Fecha de adjudicación: diciembre de 2021
Fecha prevista del comienzo de las obras: 2023
Fecha prevista de finalización de las obras: 2025
Programa: Edificios de alta seguridad
Superficie construida: 22.958,39 m2 (ESE Tenerife) + 22.958,39 m2 (ESE Gran Canaria)
Cantidad de plantas: 2 sótanos, 4 plantas, cubierta técnica
Materiales principales: hormigón
